Soy RICARDO ARRIAGAtuve empresa durante casi 30 años, la vendí bien en 2020
Soy una persona amante de su familia y amiga de sus amigos. Siempre me han considerado como alguien en quien se puede confiar. Soy generoso en todos los aspectos de mi vida. Una de las cosas que me gusta más es reír. Necesito hacerlo a diario, y a menudo si es posible. Me gusta aprender, viajar, la tecnología y conocer gente. Estar entre personas y conquistarlas es una habilidad adquirida con el tiempo.
Siempre he disfrutado de mi familia. Ha sido el pilar básico de mi vida. Hemos ido de vacaciones, he asistido a festivales del colegio. Y he cuidado de mis hijas cuando se han puesto enfermas sin preocuparme por faltar al trabajo. He disfrutado y sufrido con ellas todas las situaciones que suelen darse en una familia.
Después de cursar mis estudios y licenciarme como MBA en ESADE (Barcelona), empecé mi carrera profesional trabajando para dos multinacionales como “controller financiero”. Me encargaba de planificar, controlar y reportar los datos económicos a los respectivos Servicios Centrales en USA y SUIZA. Mis tareas principales eran estudiar las acciones que se ejecutaban y hacer recomendaciones para mejorar la rentabilidad. Supervisar el presupuesto y el control de los gastos eran también tareas que ocupaban mucho de mi tiempo, entre otras.
Pero entonces sentí que prefería tocar todos los aspectos de una empresa, por esto decidí tomar las riendas de la empresa de la familia. Fue un reto y si miro atrás veo que hice bien.
En la universidad aprendí la teoría. En las dos multinacionales puse en práctica algunos de los conocimientos adquiridos. Pero fue el trabajo en mi empresa que me curtió y me convirtió en un buen gestor y mejor empresario. Trabajé en todos los campos de la empresa, como había estado buscando. Finanzas, Ventas, Producción, Equipo, Sistemas, Exportación. Desarrollé también un eCommerce y trabajé en su posicionamiento SEO.
En 2020, mi familia y yo consideramos que tocaba vender la empresa. La realidad familiar era variada y no tenía sentido mantenerla. Además, era mucho más beneficioso hacerlo en ese momento. Tomar una decisión así no fue fácil. Pero se tomó y hemos salido ganando todos con ello.
Pero me di cuenta de que jubilarme no entraba en mis planes. Todavía era joven. O me sentía joven aún a los 58 años.Pensé que podría acompañar a otros empresarios a lograr sus objetivos. Fue entonces cuando decidí formarme como Mentor de Negocios. Tras aprender el negocio, empecé a pasarlo bien de verdad. Me daba cuenta de que hay muchos empresarios, pero las cosas a mejorar siempre son las mismas.
Vi que muchas empresas crecen de un modo desordenado y eso genera problemas de funcionamiento. Y lo peor, se termina por perder oportunidades de negocio.
También me di cuenta de que al empresario, en general no se le ocurre pedir asesoramiento. Consideran que vas a ir a explicarles cómo llevar su negocio. Y lo consideran una intromisión. Debido a esto, vi que debo hacer un esfuerzo extra para que sepan que somos su complemento, no su rival. Hacerles ver que yo, sin ellos, no haré nada. No hago milagros. Un Mentor de negocios es parte de tu equipo. Una parte especial, si quieres. Pero tendrás en él a alguien con quien contrastar ideas. Alguien con una visión externa fruto de la experiencia, que te ayudará a hacer crecer tu negocio.
Hay un momento en que a todo empresario le cambia la cara cuando ve que sus objetivos se van a cumplir. Y sentirse parte de eso no tiene precio. Esa es mi mayor satisfacción.